
Las acciones europeas del sector de la defensa envían una falsa señal de paz | Opinión
Los proveedores de tanques, aviones y proyectiles de artillería suelen beneficiarse de las guerras y les va peor cuando cesan los combates. En teoría, eso hace que las acciones de grupos europeos de defensa como Rheinmetall, Renk o Leonardo sean un indicador aproximado de cómo van las negociaciones de paz en Ucrania. Sin embargo, llevar este enfoque demasiado lejos puede ser peligroso, como demuestra la importante caída de las acciones registrada ayer.
Ocho grandes proveedores militares europeos, con un valor conjunto de 263.000 millones de euros al cierre de los mercados el lunes, perdieron ayer 13.000 millones de dólares, es decir, el 5% de su valor patrimonial. Los más afectados fueron el alemán Renk, dedicado a la fabricación de cajas de cambios para tanques, que cerró ayer en 5.700 millones de euros, y el italiano Leonardo, conocido por sus helicópteros y sistemas de vigilancia, que cerró en 26.000 millones. Ambas cayeron alrededor de un 9%.
A primera vista, esto podría parecer una reivindicación de los autoproclamados esfuerzos del presidente estadounidense Donald Trump para poner fin al conflicto en Europa del Este. En los últimos días se ha reunido con el presidente ruso, Vladímir Putin, y con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, así como con otros líderes interesados, entre ellos el canciller alemán, Friedrich Merz, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer.
La caída de las acciones de los grupos de defensa implica una menor demanda de todo, desde los tanques de Rheinmetall hasta los aviones de BAE Systems, lo que sugiere la posibilidad de que haya menos combates en el futuro tras las conversaciones.
Sin embargo, esta interpretación es difícil de conciliar con lo que ocurrió en las reuniones, que no dieron lugar a compromisos claros sobre las garantías de seguridad para Ucrania, ni a ninguna prueba de que Putin esté dispuesto siquiera a contemplar un alto el fuego. En el mejor de los casos, la única justificación real para las mayores esperanzas de paz podría ser que la situación no se descontroló como a finales de febrero, cuando un acalorado intercambio entre Trump, Zelenskiy y el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, provocó una subida vertiginosa de las acciones de las empresas europeas de defensa.
Los movimientos del mercado probablemente reflejan tanto las altas expectativas como la realidad diplomática. Renk, Leonardo, Hensoldt, Babcock International, Saab, Rheinmetall, Thales y BAE Systems cotizaban a finales de la semana pasada a un precio medio superior a 30 veces los beneficios previstos para los próximos 12 meses. Eso es casi el doble de su media de los últimos cinco años, lo que sitúa a los proveedores militares europeos más o menos al mismo nivel que Microsoft y Nvidia en términos de valoración bursátil.
Los analistas de Citigroup calcularon a principios de agosto que Hensoldt, Renk y Saab necesitaban un aumento de entre 4 y 5,5 veces sus beneficios operativos entre 2025 y 2034 para justificar el precio de sus acciones, lo que supone aproximadamente el doble de lo que los mismos brókeres estimaban que crecerían los presupuestos de defensa de los Gobiernos durante el mismo periodo. Incluso después del ligero tambaleo de ayer, las valoraciones del sector siguen apuntando a un aumento vertiginoso del gasto europeo en defensa. En otras palabras, la caída de las acciones dice más sobre las elevadas valoraciones de estas empresas que sobre una posibilidad significativa de paz.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías