Gastón Aigneren (Exxacon): “He hecho todo lo que he querido, no he postergado nada pensando en el día que me retire” | Entrevistas Afterwork | Negocios
Gastón Aigneren (1950, Santiago (Chile) es consejero delegado de Exxacon, promotora inmobiliaria con 25 años de trayectoria y con sede en San Pedro Alcántara, en el municipio de Marbella (Málaga). Una rara avis, como dice el directivo, que no ha sucumbido de momento a fijar su cuartel general en Madrid, donde también cuenta con tres proyectos. Nacido en Chile hace 75 años y de abuelo francés, cuenta que su gran pasión son los caballos.
Pregunta. ¿Qué es lo que más le gusta de España?
Respuesta. La gente, la gente es lo que más me gusta.
P. ¿Qué quería ser de pequeño?
R. Yo cuando era chico, tenía unos cuatro años, quería ser chofer de autobús. Jugaba y pasaba horas acelerando, frenando, cortaba los boletos. Y después he pasado por muchas circunstancias en la vida, pero la verdad es que no me he privado de nada, es decir, todo lo que he querido hacer lo he hecho.
He sido y sigo siendo piloto de avión y me dedico a los caballos, no a la crianza de caballos, sino que a ser jinete. Monto tres o cuatro veces a la semana. Me he dedicado a los deportes y he hecho todo lo que he querido, no he postergado nada pensando en el día que me retire, todo lo he hecho al unísono: trabajando y haciendo todas las cosas que me gustan.
P. ¿Y cómo se hace eso?
R. Robando el tiempo al trabajo, a la familia, a los amigos, y con eso le dedica un poco de tiempo. Por ejemplo, cuando hice mi curso de piloto, la parte teórica eran las tardes-noches, y luego los vuelos eran durante los fines de semana.
P. ¿Ahora vuela?
R. No, desde que vi a España no. En Chile usé mucho el pilotaje para mi trabajo, o sea, volaba a lo largo de Chile a acudir a las obras. Aquí en España hay una red aérea muy extendida, no es una necesidad. Me gustaba mucho: me sentía muy libre, me gustaba mucho esa sensación de libertad que hay en el aire.
P. ¿Cómo llevó su entorno el robo de tiempo?
R. Nunca se lleva completamente bien, cuando uno hace este tipo de cosas siempre hay una suerte de déficit, pero al final todo el mundo comprende que son circunstancias. Y hay una suerte un poco de egoísmo también, porque si te dedicas un poco a los temas que te gustan obviamente le quitas tiempo a otras actividades que se pueden hacer en conjunto con la familia, pero tampoco ha sido tanto.
Hemos tenido mucho tiempo de vacaciones juntos, con mi mujer y con los niños, entonces tampoco es una cosa que digamos este se fue a hacer su curso de pilotaje por ahí y desapareció. No, yo me refiero más bien al día a día, en vez de llegar temprano a la casa, pues llegaba las 10 de la noche, son cosas que ocurren en un período muy corto de tiempo.
P. ¿Qué deportes practica?
R. En Chile jugué muchos años al rugby, incluso fuimos campeones de Chile. Toda la época de la universidad estuve jugando al rugby. Al tenis jugué desde chico y cuando vine a España la primera vez en el año 86 empecé a jugar al pádel y jugamos muchísimo hasta el día de hoy. Ahora mismo, mi deporte es montar a caballo los fines de semana.
P. ¿Los caballos son suyos? ¿Cuántos tiene?
R. Tengo tres caballos.
P. ¿Cuida su alimentación?
R. La comida me encanta, pero ero no soy especialmente gourmet, de hecho no sé cocinar. Simplemente aprecio una buena comida y nada más.
P. ¿Comida chilena o española?
R. Española. Es infinitamente más rica que la comida chilena. La comida chilena, con el perdón de los chilenos, la considero muy básica. Aquí en España, hay mucho más elaboración, distintos tipos de comida y, además, la comida española es muy sana. Porque la comida francesa, por ejemplo, es muy elaborada y muy rica y me gusta mucho, pero prefiero mil veces la comida española. Es más mediterránea, más natural.
P. ¿Le gusta viajar?
R. Viajo mucho.
P. ¿Cuál fue el último viaje?
R. El último viaje estuve en Islandia, en Reikiavik, un país muy atractivo, con un aprovechamiento de la energía geotérmica impresionante. Estuve también este año en Normandía. A Normandía voy mucho. Generalmente de vacaciones al norte de Francia y también al sur de Francia también voy periódicamente. Y muchos viajes a Chile.
P. ¿Entonces, no le queda nada pendiente en su lista de cosas que hacer?
R. Yo nunca he tenido un objetivo en la vida. No tengo especial preocupación por temas que hubieran quedado atrás. No obstante, siempre hay algo pendiente, y eso es lo bonito de la vida. En lo personal, quisiera alargar el tiempo para dedicar a mis caballos junto a mi familia, que son todos amantes de la equitación. También me ilusiona seguir viajando, descubrir lugares tranquilos, con historia. Y a nivel profesional, me hace mucha ilusión ver cómo nuevas generaciones dentro de la empresa van tomando el relevo, con ideas frescas y pasión por construir. Creo que ver crecer lo que uno ha creado es una de las mayores satisfacciones que se pueden experimentar.
P. ¿Qué cosas no soporta?
R. No llevo bien la falta de palabra y la gente que no cumple sus compromisos. En los negocios y en la vida, la confianza se construye con hechos, no con discursos. También me produce incomodad la gente que realiza mal sus labores. Creo que gran parte de las desgracias que hay en el mundo proceden de trabajos mal ejecutados.
P. ¿Alguna lectura recomendada?
R. Disfruto mucho leyendo biografías, porque detrás de cada persona hay un aprendizaje. Un libro autobiográfico que me ha marcado especialmente es Made in Japan, del fundador de Sony, Akio Morita. Me parece un ejemplo extraordinario de visión, trabajo en equipo y perseverancia. Habla de cómo una empresa puede crecer sin perder su esencia, algo con lo que me siento muy identificado.
P. ¿Cómo afronta los baches, las cosas que no salen como uno quiere?
R. Los tropiezos son parte del camino y muchas veces, aunque cueste verlo en un principio, resultan lecciones necesarias. Cuando algo no sale bien, prefiero parar, analizar y aprender. Intento no dramatizar: el tiempo, la experiencia y estar rodeado de buenas personas ayuda mucho a poner las cosas en su sitio.
P. ¿Tiene estrés? ¿Cómo lo afronta?
R. No conozco a nadie que no viva momentos de tensión, pero es importante comprender que muchas veces la clave no está en aquello que nos sucede, sino en cómo lo afrontamos. Con los años uno aprende a relativizar. Me parece esencial desconectar de lo digital y estar más en contacto con la naturaleza. El silencio y el aire libre son grandes aliados para mantener la cabeza despejada.
P. ¿Se considera afortunado? ¿Es feliz?
R. Me considero muy afortunado, sí. La vida me ha traído magníficas oportunidades, personas maravillosas y la posibilidad de dedicarme a algo que me apasiona. La felicidad no es un estado permanente o un estado al que haya que llegar. La felicidad es una parte del camino y una suma de momentos: una cena en familia, una conversación con amigos sin mirar el reloj, ver un proyecto terminado tras un gran esfuerzo compartido… En esos pequeños instantes está todo.
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