
Fermín hace reconocible al Barcelona | Fútbol | Deportes
El litigio con Ter Stegen sería un cuento de verano si se atiende al fútbol del Barça en la pretemporada y en el Trofeo Joan Gamper. El equipo azulgrana no para de marcar goles, su puntería continúa intacta, muy pocas veces se ha peleado con la portería contraria y su fin es acabar cada jugada con un remate, como si no le importara quien cuida de su arco, muy poco exigido por rivales a medio hacer como el Como de Cesc Fàbregas y Sergi Roberto. El Barça se explica por sus goles desde la llegada de Flick. El reto es trabajar duramente y sin excusas para continuar con “esta bonita historia” en palabras del propio entrenador del Barcelona.

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Joan García, Pau Cubarsí (Jofre Torrents, min. 88), Eric García (Jules Koundé, min. 45), Ronald Araújo (Andreas Christensen, min. 78), Alejandro Balde (Gerard Martín, min. 78), Fermín López (Toni Fernández, min. 78), Frenkie de Jong (Marc Casadó, min. 67), Pedri (Gavi, min. 67), Marcus Rashford (Ferran Torres, min. 45), Lamine Yamal (Roony Bardghji, min. 78) y Raphinha (Dro Fernández, min. 78)
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Jean Butez, Ignace Van der Brempt (Jacobo Ramón, min. 45), Álex Valle (Alberto Moreno, min. 54), Mërgim Vojvoda (Yannik Engelhardt, min. 89), Marc Kempf (Edoardo Goldaniga, min. 89), Iván Azón (Lucas da Cunha, min. 45), Sergi Roberto (Máximo Perrone, min. 69), Jayden Addai (Assane Diao, min. 54), Nico Paz (Patrick Cutrone, min. 88), Martin Baturina (Maxence Caqueret, min. 54) y Tasos Douvikas (Jesús Rodriguez, min. 45)
Goles
1-0 min. 20: Fermín López. 2-0 min. 34: Fermín López. 3-0 min. 36: Raphinha. 4-0 min. 41: Lamine Yamal. 5-0 min. 48: Lamine Yamal
Una media hora de contundencia y entusiasmo fue suficiente para que los azulgrana liquidaran un partido fácil, sin oposición del Como. No ha habido tiempo todavía de calibrar aún la salida de Iñigo Martínez y las llegadas de Joan García y Rashford. El jugador del partido fue Fermín. Un futbolista que calza como un guante en el ideario de Flick. El agresivo Fermín fue tan reconocible como el virtuoso Lamine después de un inicio de partido sorprendente por el juego acomodado y destensado, poco aventurero del Barça.
La afición solamente miraba cómo los azulgrana tiraban la línea del fuera de juego, que funcionaba muy bien con la complicidad del linier, especialmente protagonista por la ausencia del Var. A la línea de pase y al juego de elaboración les faltaba velocidad para activar a Raphinha, poco participativo, y conectar con un soso Rashford, titular como falso 9 en ausencia de los lesionados Lewandowski y Olmo. La solución fue apelar a la energía de Fermín, un interior muy firme en la presión, buen recuperador y excelente finalizador, como se constató en el 1-0 y el 2-0 y también en el pase del 3-0.
La voracidad de Fermín suele ser contagiosa y, a su alrededor, el Barça no paró de penalizar la candidez del Como. A los italianos le costaba salir con el balón de su área, apretados en su cancha por los atacantes azulgrana, y tampoco tenían presencia en la medular, gobernada por un omnipresente De Jong. El holandés fue decisivo para dar continuidad a una jugada de Lamine que acabó a pies de Fermín y supuso el 2-0. El control y la calidad del tiro del interior desde fuera el área tuvo tanto mérito como su pase para la carrera de Rashford, asistente de Raphinha en el 3-0. Ambos despabilaron pronto, en el momento que empezaron a caer los goles por el juego vertical, fieles al manual de Flick. La confianza y la autoestima colectiva mezclaron bien y pronto con las virguerías de Lamine.
La figura barcelonista salpicó continuamente el partido con sus jugadas tan particulares y acabó por marcar en la acción más fácil después de una recuperación de Raphinha en la que el Como se irritó con el árbitro por no pitar falta previa e invalidar el 4-0. El partido se puso tan fácil con un fútbol a mitad de revoluciones que Rashford falló un gol cantado antes de que repitiera Lamine con un tiro de rosca con la zurda que se coló junto al poste derecho de Butez: 5-0. El gol actuó de sedante y la contienda se apagó sin remisión, condicionada por la rueda de cambios y por el ambiente de un estadio que no da para más de 6.000 espectadores.
El campo era pequeño y las entradas muy caras en el Johan Cruyff. No se escucharon quejas porque el equipo sigue siendo generoso en el esfuerzo y con los goles, listo para empezar la Liga.