Wall Street acelera y acecha el liderazgo de la Bolsa europea en 2025 | Mercados Financieros
El brillo de la Bolsa europea está lejos de apagarse, pero la pujanza de Wall Street desde los mínimos de abril amenaza con restarle esplendor. Si durante meses los activos europeos se convirtieron en la mejor alternativa contra el ruido proteccionista que emanaba de Donald Trump, la energía de la Bolsa europea empieza a dar señales de cierto agotamiento. Desde los mínimos anuales registrados en abril el S&P 500 avanza un 34,8%, por delante del 21,9% que suma el Stoxx 600.
Una apreciación que de mantenerse a cierre de año podría superar a la del Euro Stoxx 50: el índice estadounidense ha ido estrechando el diferencial que había logrado obtener el europeo y en el año ya suma un 14,1% frente al 15,3% del Stoxx 50, pero que aún no se acerca al 23,6% que suma el Dax alemán o el 35,2% del Ibex 35, que ha encumbrado a la Bolsa española a ser una de las de mejor rendimiento de todo el mundo este año. Las dudas sobre la sostenibilidad del excepcionalismo estadounidense han impulsado una fuerte entrada de dinero en los activos europeos, tras años relegados en las carteras de los inversores por el descuento al que cotizan frente a sus homólogos de EE UU.
El optimismo de los inversores ante el inicio del abaratamiento del precio del dinero por parte de la Reserva Federal se suma al desenfreno que muestra todo lo que esté ligado a la inteligencia artificial (IA) a pesar de los interrogantes que abren las elevadas valoraciones de las grandes tecnológicas y del temor a que esto derive en el pinchazo de una nueva burbuja.
El equipo de inversiones de UBS reconoce que “con cientos de miles de millones en compromisos de inversión y un mercado alcista que entra en su tercer año, aumentan los temores de una burbuja de la IA que podría rivalizar con la puntocom”. Los expertos del banco suizo no descartan que se produzca una fase de consolidación, pero defienden que “el repunte de la renta variable se sustenta en fundamentos sólidos que deberían seguir apoyando al mercado”. Un mercado alcista que está, según comentan, sustentado en el crecimiento de los beneficios empresariales. Prevén que el beneficio por acción de los componentes del S&P 500 se eleve un 8% este año y un 7,5% el próximo ejercicio.
Una parte sustancial de ese repunte de las ganancias está impulsado por las llamadas Siete Magníficas. Y ello a pesar de que los gigantes tecnológicos reducirán este año el crecimiento de sus beneficios a cerca de un 21% según las estimaciones de JP Morgan, por debajo del 40% del año pasado, pero aún muy por encima del 8% esperado para el resto del S&P 500. Para el próximo año, avanzan los analistas del banco de inversión estadounidense, “la brecha debería reducirse (15% para las Siete Magníficas frente al 6% para el resto), lo que demuestra que el crecimiento se está ampliando más allá de los nombres más importantes”.
Ahora bien, las turbulencias comerciales desatadas por el presidente estadounidense han acentuado la debilidad del dólar frente al resto de principales divisas —el euro se aprecia un 12,4% en el año frente al billete verde—, lastrando la cotización de las empresas estadounidenses con negocios más locales frente a aquellas más internacionales. En concreto, la cesta de valores estadounidenses con negocio local recopilada por Goldman Sachs avanza un 5% en el año, frente al 21% que suma la integrada por aquellas empresas con mayor exposición de sus ventas a los mercados internacionales.
Interrogantes europeos
Los estrategas del banco alemán Berenberg resumen el posible pinchazo del furor por Europa en un titular: “De la euro euforia a las dudas sobre el euro”. En un informe reciente apuntan que el leve ataque de euforia por Europa “ha dado paso a dudas persistentes. Empresas e inversores se preguntan: ¿Dónde está el dinero alemán? ¿Cuándo llegarán los pedidos? La baja visibilidad está ponderando en la confianza de los inversores y en los planes de inversión”.
Madison Falle, estratega de Inversión Global de JP Morgan Banca Privada, apunta que el repunte de la Bolsa europea “se está quedando atrás del de EE UU en lo que va de año, tras liderarlo anteriormente, lo que indica la presencia de riesgos: titulares políticos en Francia e Italia, mercados de bonos inestables, la guerra en Ucrania y un euro más fuerte que reduce los beneficios. Aun así, las empresas vinculadas a la defensa y al auge de la inversión (industriales, de servicios públicos y tecnológicas) están mejor posicionadas y registran sólidos beneficios y previsiones”.
Pese a ello, en Citi insisten en la Bolsa europea, que siguen sobreponderando dentro de su estrategia de renta variable global y defienden que la Bolsa estadounidense sigue siendo la más cara. Ahora bien, la responsable de estrategia de renta variable global del banco estadounidense, Beata Manthey, reconoce que de cara a un futuro “podría ser más importante estar en los temas concretos que en las regiones” y solo da un recorrido del 1% para el Stoxx 600 hasta fin de año y del 6% para mediados de 2026. “El desempeño de la Bolsa europea ha sido bueno, pero impulsado principalmente por las cotizadas nacionales. El viento de cola final resultaría de la estabilización de las divisas, que ha sido uno de los principales vientos en contra del beneficio por acción para las acciones expuestas internacionalmente. Esto, junto con las mejoras de los beneficios por acción esperados para el próximo año, podría agregar un nuevo viento de cola a la historia europea”.
Dentro de Europa, la posible convocatoria de elecciones en Francia tras la dimisión del primer ministro Sébastien Lecornu ha reabierto la crisis política del país y amenaza con penalizar a una Bolsa que ya se veía penalizada por la inestabilidad política. Los analistas de Citi creen unos comicios anticipados provocarían una corrección del 3% en el Cac y del 5% en los activos franceses más expuestos al mercado nacional.
