Los partícipes en pensiones de empleo se disparan a un récord de casi 3 millones por la construcción y los autónomos | Fondos y Planes
Los planes del empleo empiezan a ganar adeptos. Al inicio de 2023 había en España menos de dos millones personas que invertían a través de estos fondos de pensiones privados y colectivos —un tipo de vehículo que empresas y administraciones dotan a favor de su plantilla—. Ahora, la cifra se ha disparado hasta rozar los tres millones de partícipes. Un incremento del 53% en menos de dos años. Dos factores explican este auge: el nuevo convenio del sector de la construcción, que ha generalizado este formato, y el registro de los planes de pensiones simplificados para trabajadores autónomos.
De acuerdo con los últimos datos facilitados por Inverco, la asociación de las gestoras de fondos, al cierre de junio había 2,96 millones de personas que tenían contratado este tipo de producto, frente a los 1,93 millones de finales de 2022. De acuerdo con fuentes del sector, en lo que queda de año se alcanzará probablemente la cifra de los tres millones de partícipes.
El tirón de estos planes de empleo tiene su gran referente en el plan de pensiones del sector de la construcción, que administra VidaCaixa. Este producto permite a todas las empresas de este sector (que está muy atomizado) destinar una parte del pago a los trabajadores a una aportación a un fondo de pensiones.
La creación de este plan se firmó en julio de 2023, con el acuerdo entre la patronal y los sindicatos más representativos del sector (UGT y CC OO), para que una parte de la mejora salarial pactada en el convenio fuera a aportaciones al plan. Al cabo de tres años, las empresas adscritas acabarán aportando el 3,25% del sueldo de la plantilla al vehículo para completar la pensión de jubilación.
En menos de dos años de andadura, el plan de la construcción ha sumado un patrimonio de 200 millones de euros y ha llegado más de 760.000 partícipes, con 70.000 empresas registradas. Aunque las aportaciones son modestas, supone la llegada de cientos de miles de personas a un formato de ahorro para la jubilación que nunca habían tenido. Juan Carlos Soriano, oficial de primera en la constructora Avintia, y presidente del comité de empresa, explica que “para la inmensa mayoría de los compañeros, esta es la primera vez que tienen un plan de pensiones”.
El formato que se pactó para este proyecto fue el de utilizar la figura del plan de pensiones simplificado, uno nuevo tipo de vehículo que se creó cuando José Luis Escrivá era ministro de Seguridad Social. El vehículo es muy similar: las aportaciones pueden desgravarse de la base imponible del IRPF. Pero su creación y gestión es más sencilla. El Gobierno impulsó este tipo de planes en detrimento de los planes de pensiones individuales. A estos últimos les ha fijado un tope de aportación anual de 1.500 euros, mientras que en los planes de empleo se puede llegar a meter 4.250 euros al año.
Pymes y autónomos
El Ejecutivo pretendía con la reforma, aprobada en 2022, incentivar el ahorro para la jubilación en el ámbito de los convenios colectivos. Que fueran grandes acuerdos de empresas y sindicatos los que optaran por estas figuras, como pasó con el sector de la construcción. Además, buscaba expandir la previsión social complementaria a colectivos como los autónomos o las pymes, que siempre han sido ajenos a este tipo de ahorro.
En los planes de pensiones de empleo tradicionales, quien debía promover el producto era la propia empresa o administración pública. Las estrecheces económicas han hecho que los vehículos hayan quedado relegados solo a multinacionales y grandes empresas. En cambio, con los planes simplificados, cualquier asociación de empresario, mutualidad o colegio profesional puede promover su creación, y encargar su creación a una gestora.
Así, tras el plan de la construcción, se han creado medio centenar de vehículos: el de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), la asociación de jóvenes empresarios, del Colegio de Ambientólogos de Cataluña… cada uno de ellos gestionado por bancos (Bankinter, Santander), aseguradoras (Mapfre, Occident, Caser) o sociedades de valores (Indexa Capital). Una vez creado el vehículo, cualquier autónomo puede adherirse a él, sin necesidad de pertenecer al colectivo promotor, lo que ha facilitado su expansión. De acuerdo con datos de junio, los 10 mayores de estos planes simplificados para autónomos suman ya 237 millones de euros, y cuentan con 58.000 partícipes.
La paradoja de la llegada de tantas personas a los planes de empleo es que, en términos de patrimonio y aportaciones, apenas valen para compensar la salida de dinero que hay en los planes tradicionales. El conjunto de planes de empleo cuenta con un patrimonio de 39.000 millones de euros, de los que los planes simplificados solo representan 486 millones. De hecho, la restricción de aportaciones a planes individuales ha hecho que desde 2020 estos vehículos acumulen unas salidas netas de dinero de 3.500 millones de euros.
