Los gestores de activos no lo ven claro: “La mejora de la oferta del BBVA aporta poco a la operación” | Fondos y Planes
El BBVA ha aflojado finalmente la cartera para mejorar su propuesta de compra por el Sabadell. La nueva oferta de canje supone aumentar un 10% el precio que está dispuesto a pagar por su rival, y que supone valorarlo en casi 20.000 millones de euros. Pero, para muchos inversores profesionales, ese incremento no es suficiente para inclinar la balanza y convencer a los minoristas indecisos. Pedro del Pozo es el director de inversiones financieras de Mutualidad —una entidad que gestiona activos por valor de 11.000 millones de euros—. Aunque en las carteras de la compañía sigue habiendo acciones tanto del Sabadell como del BBVA, el financiero reconoce que han ido “reduciendo mucho el peso de las acciones de bancos en los últimos meses, aprovechando la fuerte revalorización”.
Para este inversor institucional, “la mejora de la oferta aporta muy poco a la operación”. A su juicio, se trata de un incremento “casi cosmético”, al que estaba obligado el BBVA después de llevar meses con una propuesta de compra inferior al precio en el mercado de las acciones del Sabadell. “Sinceramente, no creo que esta mejoría vaya a despertar mucho el interés de los minoristas”, sentencia.
La opinión es compartida con varios gestores de fondos e inversores institucionales consultados. La propuesta de pagar un 10% más difícilmente va a bastar para inclinar la balanza y que el BBVA consiga más del 50% de las acciones del Sabadell. No obstante, el banco que preside Carlos Torres se reserva la posibilidad de renunciar a ese umbral de aceptación y conformarse con una participación entre el 30% y el 50%.
Diversas fuentes consultadas esperaban que el incremento de la oferta del BBVA fuera de “al menos un 15%”, para que tuviera más visos de prosperar la opa hostil. “Todo el mercado estaba pendiente de la subida de la oferta, la dábamos por hecha, pero el importe ofrecido ha sido bastante decepcionante”, apunta un gestor de fondos de una firma independiente española.
Por el momento, esa reacción negativa se ha materializado en Bolsa con una devaluación de las acciones de las dos entidades implicadas. “Estas operaciones generan mucho ruido e incertidumbre, a lo largo de meses y meses, y los inversores acaban perdiendo la paciencia”, explica un inversor de una de las grandes aseguradoras españolas. Aunque sobre el papel las opas siempre generan valor, el riesgo de ejecución es alto y hay muchos ejemplos de que eso no siempre es así. El diablo a menudo está en los detalles.
El consejo del Sabadell se reunirá en los próximos días para emitir una nueva recomendación y lo más previsible es que mantenga su rechazo numantino a la operación. “Contamos con que siga oponiéndose a la oferta del BBVA al considerar que infravalora al banco catalán”, analiza Gustavo Martínez, profesor de Finanzas de la Universidad Francisco Marroquín y analista de mercados.
Una de las pocas bazas con las que juegan los directivos del BBVA es David Martínez Guzmán, el accionista mexicano del Sabadell, que fue el único consejero que no se ha opuesto frontalmente a la propuesta de compra, sino que simplemente ha reclamado más dinero. Ahora está por ver si un 10% más es suficiente para que acepte vender el 3,9% que controla en el banco español. El resto de los grandes accionistas serán más duros de pelar. La aseguradora Zurich, con 4,5%, mantiene un acuerdo de distribución de pólizas de seguros con el Sabadell, que tendría que rescindir en caso de que prosperara la propuesta de compra del BBVA, puesto que este último tiene ya una potente asociación con la alemana Allianz.
Tampoco se puede contar con algo más del 10% del accionariado que está en manos de fondos de inversión pasivos, que se dedican a replicar la evolución de aquellos índices donde está incluido el Sabadell. Tan solo en el caso de que la opa prosperase y el banco fuera apartado de esos selectivos bursátiles tendrían que vender sus acciones de la entidad del Vallés.
