Los analistas matizan el impacto de la crisis de deuda francesa a la espera de cuatro semanas clave | Mercados Financieros
Culminada la caída del Gobierno francés tras perder Françios Bayrou la moción de confianza del lunes, la deuda francesa colocó ayer, durante unas horas, como la más arriesgada de Europa a ojos de los inversores, con una prima de riesgo respecto a Alemania por encima de los 80 puntos básicos. Con todo, los movimientos en la sesión de ayer fueron limitados, después de que Emmanuel Macron descartara a última hora del lunes la convocatoria de elecciones anticipadas. La subida de la Bolsa de París indicó la calma de los inversores ante una noticia prevista, y en el ascenso de la rentabilidad del bono influyó también el cambio de la emisión de referencia. El nombramiento del actual resposale de Defensa, Sébastien Lecornu, como primer ministro llegó con los mercados cerrados.
Aunque la situación sigue marcada por la incertidumbre extrema, los analistas distancian la situación actual de Francia de la sufrida por España y otros países del Sur de Europa en la crisis de deuda de 2012, pues los intereses de la deuda gala son todavía bajos. El foco del mercado, por el contrario, está en las próximas semanas, claves para deshacer el nudo presupuestario y político. Este miércoles está convocada una primera jornada de huelga y movilizaciones (que tendrá réplica el día 18), y pasado mañana Fitch revisa la calificación financiera, actualmente en perspectiva negativa, antes de que, el 7 de octubre, el Gobierno presente un borrador presupuestario.
En el fondo de la crisis está el desequilibrio de las cuentas públicas, el asunto que más preocupa a unos inversores, que puede capear una o varias crisis de gobierno, pero también el motivo que bloquea a Macron la obtención de apoyos parlamentarios. Bayrou había planteado recortes de 44.000 millones para estabilizar la deuda pública, que sin medidas de ajuste llevará al 129% en 2029. Este año el déficit se desviará del 4,6% pactado con Bruselas al 6,1%.
“Creemos que hay margen para el compromiso”, indica el banco suizo UBS. “En primer lugar, la propuesta de Bayrou nos parece excesiva en comparación con el objetivo de reducir el déficit presupuestario en solo 0,8 puntos porcentuales. En segundo lugar, una reducción del déficit presupuestario de solo 0,4 puntos hasta el 5% del PIB, probablemente sería aceptable para la Comisión Europea (CE)”. El Partido Socialista, de hecho, ha presentado un documento alternativo que reduciría a la mitad el recorte de déficit previsto por Bayrou, en una propuesta donde tienen un mayor peso las subidas de impuestos. “Una posible solución sería abandonar la propuesta de suprimir dos días festivos y evitar la congelación de las prestaciones sociales”, indica la entidad.
Pese al ascenso de los tipos en el mercado, la situación de la deuda gala no se ha descontrolado. Los bonos franceses recién emitidos pagan más o menos los mismos intereses que la española y el coste de la deuda en circulación sigue siendo más bajo. La deuda en relación al PIB es solo 10 puntos mayor que la española (112% frente al 101%) y está por debajo del 135% italiano. El temor de los mercados es más de medio plazo, como explica el banco de inversión suizo Julius Baer. “Aunque los déficits primarios se consideran insostenibles, creemos que la asequibilidad de la deuda actual sigue siendo relativamente alta para Francia. Unas elecciones anticipadas (o, en el peor de los casos, la dimisión de Macron) podrían provocar un mayor aumento [del coste de la deuda], pero esperamos que el impacto siga siendo limitado y no prevemos que los mercados de bonos se descarrilen a partir de ahora”.
Los inversores, que daban por hecha la caída de Bayrou y asumen la inestabilidad política, han seguido comprando deuda francesa y aprovechan unos tipos más elevados: la demanda en las colocaciones de la semana pasada alcanzó el máximo permitido por el Tesoro, 11.000 millones de euros. “El mercado de bonos francés es uno de los más líquidos y profundos de la zona euro, lo que lo convierte en atractivo para los inversores. En segundo lugar, Francia es percibida como un emisor creíble que no incurrirá en impago de su deuda. Por último, las aseguradoras nacionales que buscan renta fija a largo plazo han podido beneficiarse de los tipos más altos de los últimos tiempos”, indica Natixis AM.
Así, de momento el riesgo de contagio al resto de la zona euro es limitado, tal y como se ha comprobado en estas jornadas, en las que la prima de riesgo francesa ha superado a la italiana. ING considera, de hecho, que “mientras Macron siga siendo presidente, probablemente hasta las elecciones de 2027, no esperamos una explosión de los diferenciales ni una conmoción más amplia en el sentimiento de riesgo”.
Ahora bien, la incertidumbre política es una puerta abierta a los escenarios extremos. La salida anticipada de Macron “supondría una crisis del régimen y daría lugar a especulaciones sobre una posible Sexta República”, en palabras de Natixis AM. “El temor a un desvío presupuestario aumentaría con la probabilidad de un gobierno potencialmente más inclinado a aumentar el gasto público”, indica la gestora francesa, que vislumbra en este escenario una prima de riesgo en el entorno de los 100 puntos básicos. “El efecto contagio en los países periféricos altamente endeudados sería significativo, lo que llevaría al BCE a intervenir”.
Francia ha cumplido esta semana 15 meses de inestabilidad financiera, desde las elecciones europeas de junio de 2024, cuando la derrota del partido de Emmanuel Macron y la convocatoria de elecciones legislativas disparó el diferencial con Alemania de menos de 50 puntos básicos (por debajo del español) a más de 80, llegando a los 86 cuando cayó el Gobierno de Michel Barnier, incapaz (al igual que Bayrou) de obtener los apoyos necesarios para aprobar el presupuesto. Un nuevo primer ministro tendrá ahora la misión que no pudieron cumplir sus dos predecesores: lograr un ajuste de las cuentas públicas que agrade a Bruselas, calme a los mercados y, sobre todo, pueda ser aprobado en una Asamblea dominada por la ultraderecha y con un fuerte peso de la extrema izquierda.
