Los analistas elevan su previsión de beneficios para el S&P al mayor ritmo en cuatro años | Mercados Financieros
Los inversores se pusieron en lo peor cuando a comienzos de abril Donald Trump declaró la guerra comercial al mundo. El temor a una recesión hundió los mercados y supuso un tijeretazo a las estimaciones de beneficios. Cuatro meses después, el ánimo inversor parece estar en el punto opuesto y, como un péndulo, la Bolsa estadounidense ha remontado hasta nuevos máximos, con los resultados empresariales como uno de los grandes artífices del rally. Cierto que el mercado se ha sacudido la incertidumbre de unos aranceles que han resultado ser más leves de lo esperado y que ahora se da casi por hecho el esperado recorte de tipos de la Fed en septiembre, pero el rally bursátil de Wall Street se explica en gran medida por unos sólidos resultados empresariales y por el optimismo con que los analistas están revisando al alza sus previsiones de beneficios para este tercer trimestre, al mayor ritmo de los últimos cuatro años. Aun así, la previsión de ganancias en el conjunto del año no mejora tanto como para igualar lo que se esperaba en enero para 2025.
Es la conclusión a la que llega un análisis del banco estadounidense Citi, que elabora un indicador que mide el número de revisiones al alza frente a revisiones a la baja en las estimaciones de beneficios por acción en EE UU y que ahora se sitúa en su nivel más alto desde diciembre de 2021. Ese optimismo contrasta de forma radical con las perspectivas de principios de año, antes incluso de concretarse la amenaza arancelaria de Trump. El nerviosismo con que se aguardaban esas tasas llevó ese mismo indicador de previsiones empresariales a su nivel más bajo en una década.
Los índices estadounidenses vuelven a estar en máximos. Incluso en Dow Jones, algo más rezagado que el S&P y el Nasdaq, lograba el viernes rebasar brevemente los máximos anteriores de diciembre. El S&P ha remontado casi el 30% desde los mínimos de abril, alentado por una sólida campaña de resultados empresariales del segundo trimestre. Las cuentas de abril a junio han superado las expectativas, con un incremento agregado en los beneficios de las compañías del S&P 500 del 11% interanual, frente al 4% estimado. Según añaden desde Goldman Sachs, el 92% de los miembros del S&P 500 han publicado ya resultados y de ese porcentaje, el 60% ha batido las estimaciones del consenso de mercado.
En Goldman explican que la debilidad del dólar ha sido clave a la hora de acelerar las ventas en el segundo trimestre. Las compañías exportadoras y las que obtienen ingresos fuera de las fronteras americanas se han visto favorecidas de una depreciación del billete verde frente al euro en ese período, a lo que se suman otros factores como el ajuste en las cadenas de suministro en previsión de los aranceles, el recorte de costes y las subidas de precios a los consumidores. La mayor inflación a causa de los aranceles ya se aprecia en EE UU en indicadores como el índice de precios de producción, que en julio subió un inesperado 0,9% frente al estancamiento del mes anterior. En junio, la tasa de IPC quedó sin cambios en el 2,7% si bien la tasa subyacente subió al 3,1%, el nivel más alto desde febrero.
Pese al entusiasmo con que los analistas están revisando al alza sus previsiones de beneficios para el tercer trimestre, la campaña de resultados a junio en EE UU aún no está cerrada. Esta semana llegará una importante referencia para los inversores con la publicación de las cuentas de las grandes compañías de consumo del país, que darán un valioso indicador del estado de salud de la mayor economía del mundo. Así, Home Depot presenta sus cuentas este martes y mañana miércoles lo harán Lowe’s, Target y TJX Cos. El turno para el gigante de la industria Walmart será el jueves, junto con Ross Stores.
La gran incógnita por despejar es en qué medida los aranceles afectarán al consumo en EE UU en los próximos meses y de qué manera encajarán las empresas los mayores costes de importar productos del exterior, si sacrificando márgenes de beneficios o trasladando el efecto de los aranceles a unos precios finales de venta más caros. En principio, la previsión de beneficios del tercer trimestre es positiva, pero la estimación para el conjunto del año no se ha recuperado a los niveles que se auguraban al arranque del ejercicio. En enero, según datos de Bloomberg Intelligence, el consenso de mercado esperaba un alza del 13% en las ganancias del S&P, un porcentaje que ha menguado ahora al 9,2%. Se prevé por tanto que las compañías de ese índice ganen de media este año 269 dólares por acción, por debajo de los 273 dólares de principios de año y de los 279 de hace un año.
En todo caso, en Citi apuntan a que los beneficios empresariales podrían resultar incluso más positivos en 2026 que en 2025, a pesar de que en los próximos meses es cuando se puede empezar a notar en los márgenes empresariales el impacto de los aranceles. Así, el consenso augura que el 27% del S&P registrará un crecimiento negativo del beneficio por acción este año, un porcentaje que se reducirá al 6% en 2026. El efecto de la reforma fiscal y las rebajas de impuestos aprobadas en EE UU serán un factor de peso para ello.
