La Reserva Federal recorta los tipos de interés 0,25 puntos ante el miedo a la ralentización económica | Economía
Ante el miedo a una ralentización económica y el riesgo al descontrol de los precios, la Reserva Federal (Fed) ha apostado por la primera opción. El Banco Central de Estados Unidos ha decidido este miércoles rebajar los tipos de interés en 0,25 puntos porcentuales hasta un rango de entre el 3,75% y el 4%. Se trata de la segunda rebaja consecutiva del precio del dinero, después de otra similar en septiembre para tratar de dinamizar la actividad económica.
Las señales que anticipan una moderación del crecimiento de la primera economía del mundo empiezan a acumularse a pesar del apagón estadístico del Gobierno de Estados Unidos. Decenas de agencias federales han cerrado o están a medio gas por la incapacidad de republicanos y demócratas para negociar una prórroga presupuestaria. Aun así, los últimos datos conocidos apuntan a una desaceleración del mercado laboral. La confianza de los consumidores se deterioró en septiembre por tercer mes consecutivo y ya está por debajo de los niveles del año pasado, según el indicador publicado ayer. A ello contribuyen la preocupación por el mercado laboral, el coste de la vida y un significativo aumento de la incertidumbre por los aranceles aprobados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Los funcionarios de la Reserva Federal advirtieron en la anterior reunión del complejo equilibrio entre inflación y la salud del mercado laboral. Precisamente, la estabilidad de estas dos variables constituyen el mandato de los responsables de la política monetaria de Estados Unidos.
Las revisiones a la baja de las cifras de empleo de Estados Unidos muestran un deterioro más agudo del esperado en la creación de puestos de trabajo. A pesar de ello, el dato de paro se mantiene históricamente bajo, en el 4,3%, una tasa que los economistas denominan pleno empleo. Los analistas explican que esta aparente divergencia, se explica por la reducción de la oferta de mano de obra debido al endurecimiento de las políticas migratorias de Trump. Se producen pocas contrataciones, pero también pocos despidos. En resumen, las empresas firman menos contratos, pero hay menos personas dispuestas a trabajar. Habrá que ver durante cuánto tiempo se puede mantener esta paradoja.
Las dudas se están trasladando también al mercado de la vivienda. El precio de las casas en Estados Unidos avanzó el pasado agosto al menor nivel en dos años, según datos de S&P Cotality Case-Shiller publicados este martes. El mercado inmobiliario corre el riesgo de ralentizarse aún más tras el despido de miles de trabajadores federales por las políticas de recorte de Trump y las consecuencias del shutdown, como se conoce en inglés al cierre gubernamental, que impide que cientos de miles de funcionarios públicos cobren sus nóminas.
Este jueves se conocerá el dato de crecimiento económico de Estados Unidos durante el tercer trimestre, que permitirá poner cifras al extendido sentimiento de inquietud económica. Estados Unidos corre el riesgo de caer en la estanflación, una etapa de bajo crecimiento y alta inflación, que es letal para el bolsillo de ciudadanos y empresas.
Mientras tanto, la inflación no da tregua, el pasado septiembre escaló una décima hasta el 3%, el nivel más elevado desde el pasado enero. La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los productos más volátiles de la cesta de la compra, como los alimentos frescos y la energía, también escaló hasta el 3%, por encima del objetivo de la Reserva Federal.
La incertidumbre por las consecuencias reales que los aranceles tendrán sobre la economía está afectando a las empresas. Muchas lograron amortiguar el impacto anticipando compras y reduciendo márgenes en el trimestre anterior. Pero la inflación sufrirá más tensión y la economía podía enfriarse, conforme el recorrido de esa estrategia empiece a agotarse y las compañías empiecen a trasladar a los precios el aumento de costes por los gravámenes a la importación.
Habrá que esperar a la próxima cita del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, en sus siglas en inglés), el órgano de la Fed que decide sobre los tipos de interés, para ver cómo han cambiado las preocupaciones entre estas fuerzas contrapuestas: repunte de la inflación y desaceleración económica.
La reunión se ha producido en un clima enrarecido ante las crecientes presiones del presidente Trump para controlar la Reserva Federal. El republicano ha emprendido hace meses una campaña de acoso y derribo contra el presidente de la Fed, Jerome Powell, al que ha insultado y faltado el respeto en repetidas ocasiones en busca de su dimisión. El inquilino de la Casa Blanca quiere una política monetaria más agresiva que ahonde en la rebaja de tipos para acelerar la actividad económica, cuando queda poco más de un año para las elecciones de mitad de mandato, que puede recortar el poder de los republicanos.
De momento, Trump ya ha colocado a uno de sus acólitos, Stephen Miran, que fue miembro del consejo de asesores del presidente, en la junta de gobierno de la Reserva Federal. En la anterior reunión de la Fed, Miran votó en contra de rebajar los tipos un cuarto de puntos porque quería una rebaja más agresiva, según revelas las actas publicadas hace un par de semanas. En esta reunión ha votado para que la rebaja fuera de medio punto porcentual.
