La euforia inversora busca nueva gasolina en la Reserva Federal | Mercados Financieros

Los mercados financieros viven desde hace tres años en una fiesta continua. “Podías cerrar los ojos, apoyar el dedo en cualquier punto del tablero y la acción que acababas de comprar empezaba inmediatamente a subir”, cuenta el cómico Groucho Marx en su autobiografía cuando las páginas se acercan al crash de 1929. Ganar dinero desde finales de 2022 ha sido casi tan fácil como eso. Y no solo con las acciones. Quienes optaran por acumular oro o bitcoins, ambos cerca de máximos históricos, han obtenido jugosas ganancias con solo un par de clics de ratón.

Las elevadas rentabilidades de inversores grandes y pequeños desafían incluso la teoría económica: Wall Street ha batido récords una y otra vez a pesar de unos tipos de interés en niveles muy restrictivos, a priori negativos para los activos de riesgo. En 2024, cuando el precio del dinero estuvo la mayor parte del tiempo por encima del 5% en EE UU, el S&P 500 cerró la sesión en máximos más de 50 veces. Y este 2025, pese a unos tipos todavía por encima del 4%, y a sustos serios, pero puntuales, como la guerra comercial desatada por Donald Trump, la racha continúa.

El principal índice norteamericano avanza un 85% desde mediados de octubre de 2022, cuando el viento empezó a cambiar hasta convertirse en un vendaval de optimismo. Y no es el único. En ese tiempo, el Nasdaq tecnológico repunta más de un 120%, el Ibex 35 ha más que duplicado su valor, igual que el oro, que se acerca ya a la cota de los 4.000 dólares, y el bitcoin ha multiplicado su precio por seis hasta rondar los 120.000 dólares.

Carsten Menke, responsable de Investigación Next Generation de Julius Baer, cree que la tendencia para el oro sigue siendo alcista. “El enfriamiento de la economía estadounidense, la bajada de los tipos de interés y la debilidad del dólar deberían seguir atrayendo a los inversores a los mercados del oro y la plata, mientras que las compras de oro por parte de los bancos centrales deberían reanudarse”, augura.

La euforia se ha extendido como una mancha de aceite por toda clase de activos. La Bolsa japonesa sube más de un 70% en tres años. En la europea, la alemana repunta más de un 90%, y el Euro Stoxx 50, que agrupa a las mayores empresas del continente, más de un 60%, y el Stoxx 600 está prácticamente en récords. La más rezagada entre las grandes economías es Francia, algo que no sorprende por sus problemas de gobernabilidad, su elevado déficit, y su incapacidad para sacar adelante reformas, pero aún así el Cac 40 ha ganado más de un 30% en tres años.

Los máximos históricos que rondan algunas de las principales Bolsas mundiales también está teniendo su reflejo en los mínimos diferenciales que el mercado pide a los bonos corporativos, incluso a los de peor calidad crediticia. Esa prima, con la que calibrar el nivel de riesgo que asume el inversor, se ha reducido a los niveles más bajos desde enero de 2022 en el caso de los bonos de alto rendimiento (high yield) de Europa. Y la deuda de los países emergentes se está beneficiando de la debilidad del dólar.

Cuando la Reserva Federal mueve los tipos de interés a la baja, no solo se abarata la hipoteca de un trabajador de la industria del automóvil en Detroit. Los efectos colaterales son globales: la liquidez aumenta en todas partes, la deuda en dólares se abarata, y las importaciones de energía cuestan menos, con lo que la inflación tiende a reducirse, dejando más margen a los bancos centrales para estimular la economía.

“Las condiciones mundiales de liquidez siguen favorables, con tipos de interés más bajos y relajación de las condiciones de los préstamos. De 30 bancos centrales principales, 24 están relajando, cinco están neutrales y uno endureciendo”, señala Luca Paolini, estratega jefe en Pictet AM.

¿Beneficiará eso a un mercado que ha recorrido ya un largo camino al alza? La velocidad y la intensidad con que los inversores están ganando dinero ha empujado a algunos analistas a hablar del riesgo de burbuja. La inteligencia artificial ha sido el catalizador que ha animado a Wall Street, hasta el punto de que las siete mayores compañías del mundo por valor en Bolsa son tecnológicas estadounidenses muy expuestas a la IA: Nvidia, Microsoft, Apple, Alphabet, Amazon, Meta y Broadcom, por ese orden. Por mucho que existan diferencias notables —el número de clientes, su capacidad de generar beneficios, o su menor nivel de deuda—, las comparaciones con lo ocurrido con las puntocom de comienzos de siglo no han tardado en aflorar, por la similitud de dos innovaciones en sus primeros compases hinchando valoraciones bursátiles.

El escenario parece muy distinto, aunque el inversor John Templeton advertía contra esa tentación de creer que la historia no tiene por qué repetirse. “Las cuatro palabras más peligrosas en inversión son: esta vez es distinto”.

¿Corrección o nuevos máximos?

La primera reacción de los mercados al movimiento de Jerome Powell fue de frialdad en Wall Street, que cerró plano el miércoles. Pero en las dos siguientes jornadas el optimismo regresó, con una respuesta positiva de los índices europeos y nuevos récords en los estadounidenses.

La pregunta que sobrevuela el mercado es si el nuevo ciclo de recortes de tipos de interés iniciado este miércoles por la Reserva Federal será suficiente para contener esa hipotética corrección de unas Bolsas que cotizan a unos múltiplos exigentes. Para el economista Javier Santacruz, la bajada de los tipos de interés tiene varias consecuencias. “Amortigua la fase de desaceleración del ciclo económico, inyecta gasolina a los activos de mayor riesgo, caso de las tecnológicas o las empresas más endeudadas, y prolonga el rally de otros activos como el oro, el bitcoin o compañías defensivas“, apunta.

Desde el banco suizo UBS conceden un 35% de posibilidades a una burbuja en 2026. Y en un reciente informe sostienen que si la Reserva Federal recortara los tipos un 1% entre septiembre y final de año, se cumplirían los siete criterios que contempla para que Wall Street entre en una fase de sobrecalentamiento peligroso que puede derivar en el estallido de una burbuja. A saber: el final de un mercado alcista estructural, beneficios bajo presión, concentración excesiva, un periodo de 25 años desde el inicio de la última burbuja, participación masiva de pequeños inversores, política monetaria flexible, y la narrativa de que esta vez es distinto contra la que advertía Templeton.

Ignacio de la Torre, economista jefe en Arcano, es menos pesimista sobre los efectos de los recortes de tipos. “El mercado ya descontaba tres bajadas. Había un consenso total. Es cierto que hay una concentración histórica en el S&P 500, pero si excluyes a las grandes tecnológicas no está tan caro”, contextualiza.

John Butler y Marco Giordano, analistas de Wellington Management, estiman que lo incierto de la situación puede exigir reacciones ágiles ante cambios repentinos. “Los inversores pueden aprovechar hoy el entorno favorable para los activos de riesgo. No obstante, quizá también deban plantearse preparar sus carteras para un escenario muy distinto, optimizando la diversificación y asegurándose de que cuentan con la flexibilidad necesaria para responder a los riesgos y oportunidades que puedan surgir”. Robert Lind, economista jefe en Capital Group, lo resume así: “Para los inversores, es un momento para ser muy selectivos y cautelosos”.

About The Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

BUGA.COM.CO

Tu sitio

Buga

An elegant and minimalistic theme, which is predominantly designed for a web news portal and magazine with an immense research on contemporary online newspapers. With the help of available customizer options and widgets, you can implement layouts as a trending news journals, modern fashion magazine, travel blogging & magazine, clean and minimal news sites, blogging site and even more. The theme is SEO friendly with optimized codes and awesome supports.

M7 Social

M7 Social Subtitle