Hugo Duro evita con un gol en el descuento un duro traspié del Valencia ante el Sevilla | Fútbol | Deportes
El Sevilla parecía que iba a aprovecharse de un Valencia demasiado nervioso por su complicada situación en la Liga. Un grave error de César Tárrega, que marcó en su puerta, había dejado al conjunto de Matías Almeyda por delante y cuando ya parecía que se iba de Mestalla con tres puntos de oro ante un rival directo apareció un día más Hugo Duro para salvar otra tarde para olvidar.
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Julen Agirrezabala, Copete, José Gayà (Jesús Vázquez, min. 76), César Tárrega, Thierry Correia, André Almeida (Filip Ugrinic, min. 62), Javi Guerra (Lucas Beltrán, min. 62), Luis Rioja (Largie Ramazani, min. 67), Pepelu, Arnaut Danjuma (Diego López, min. 62) y Hugo Duro
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Odysseas Vlachodimos, Nemanja Gudelj, José Ángel Carmona, Andrés Castrín, Oso (Alfon González, min. 84), César Azpilicueta, Peque Fernández (Joan Jordán, min. 80), Djibril Sow, Batista Mendy, Lucien Agoumé (Alexis Sánchez, min. 85) y Akor Adams
Goles
0-1 min. 57: César Tárrega . 1-1 min. 92: Hugo Duro
Arbitro Guillermo Cuadra Fernández
Tarjetas amarillas
Peque (min. 22), Almeyda (min. 27), Copete (min. 73), Azpilicueta (min. 74), Gudelj (min. 75), Lucien Agoume (min. 81), Thierry Correia (min. 86), Andrés Castrín (min. 87), José Ángel Carmona (min. 94), César Tárrega (min. 96)
El Valencia y el Sevilla llegaron sedientos a Mestalla. Dos grandes empequeñecidos y necesitados de puntos para no traspasar la línea roja. Eso hizo que hubiera mucho en juego entre dos iguales. Mucha tensión en las piernas de ambos equipos. Más miedo que ingenio. El Sevilla, algo más paciente, le fue tomando la medida a su oponente y comenzó a frecuentar al área. Al Valencia le costaba mucho más. Tan parcos eran ambos conjuntos que durante la primera parte de este partido de sobremesa, la afición, con muchos corredores que llevaban la medalla del maratón de la mañana colgada del cuello, permaneció amodorrada.
Los centrocampistas no se terminaban de entonar y Almeida no conseguía entrar en juego, así que Hugo Duro se quedó fuera de cobertura. Solo Luis Rioja, siempre Luis Rioja, aportó algo de ingenio al juego blanquinegro. Tres acciones de mérito que sus compañeros no lograron mejorar. Más mordaz estuvo el cuadro de Matías Almeyda, que ya avisó nada más empezar con un gran remate de cabeza de Peque que obligó a Agirrezabala a meter una mano salvadora en una esquina de su portería.
El Valencia no sabía cómo resolver el entuerto. El Sevilla, más físico, con jugadores como Mendy y Agoumé, pero también más limitado técnicamente, optó por no andarse con rodeos y buscar con insistencia, con pases en largo, al nigeriano Akor Adams, una boya en el área del Valencia y el hombre que más inquietó a Agirrezabala en la primera mitad.
Carlos Corberán mandó de vuelta a su equipo con más ímpetu. Pero le faltaba asociarse, combinar en el camino hacia el área. Djibril Sow tuvo gran parte de culpa al anular por completo a Javi Guerra para provocar el cortocircuito en la construcción del juego valencianista. El centrocampista, además, lanzó la jugada del primer gol al meterle el balón a Oso, un jugador crecido en su debut que buscó a Akor Adams en el área y César Tárrega, muy inseguro esta temporada, erró en el despeje y marcó en su propia portería.
El público enmudeció. Al Valencia le cuesta darle la vuelta a un marcador adverso y el Sevilla no era el Cartagena, al que logró doblegar en la Copa. Corberán, que veía a Guerra perder el duelo en el eje, lo retiró junto a otros tres jugadores para ganar amenaza en ataque, donde colocó a Lucas Beltrán junto a Hugo Duro, con quien parece más cómodo que como único punta. El argentino dinamizó el juego del Valencia y el Sevilla empezó a verse en apuros por primera vez en toda la tarde.
La respuesta del Sevilla fue trabar el partido, endurecerlo para aplacar el despertar del Valencia. Necesitaba los puntos y estaba dispuesto a hacer lo que fuera. El equipo de Almeida sentía que esto era una final, afiló sus botas y comenzó a perder tiempo. No le importó empezar a ver tarjetas amarillas si ese era el precio por salir de Mestalla con los tres puntos. Quería anestesiar el duelo.
El partido entró en el descuento y la hinchada sentía que se escapaba el partido. Otra temporada amenazados con el descenso. Pero el Valencia no se rendía y siguió acosando el área sevillista. Tanto insistió que al final acabó encontrando a su salvador más recurrente: Hugo Duro.
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