Europa quiere poner freno a las ‘stablecoins’ multiemisión ante el riesgo de inestabilidad financiera | Criptoactivos
Nueve meses después de la entrada en vigor de MiCA, los reguladores europeos toman nota sobre aquellos aspectos que quedaron fuera de la normativa y que faltan por regular. Uno de estos son las stablecoins multiemisión, monedas estables que se emiten de forma conjunta por una entidad en la Unión Europea y otra de un país tercero, como USDC de Circle. La Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB, por sus siglas en inglés), encargada de proteger el sistema financiero europeo, aprobó una recomendación no vinculante para prohibir estos activos, según Bloomberg, ante el temor del Banco Central Europeo de que puedan saltarse las salvaguardas previstas por el reglamento y pongan en riesgo la estabilidad financiera de la región.
La propuesta de veto, que estaría impulsada por el BCE, responde a los temores de la máxima autoridad monetaria en Europa sobre este asunto. Unas de las preocupaciones tiene que ver con las reservas. MiCA establece que los proveedores de stablecoins autorizados a operar en la UE deben mantener una reserva local en al menos un Estado miembro y deben tener el respaldo de activos equivalentes a los que emiten. Estas deben repartirse en diferentes entidades de crédito y las plataformas pueden invertir los fondos en productos de muy bajo riesgo. Las empresas que emitan el mismo token en el extranjero mantendrán las reservas en aquel país, bajo las reglas previstas en esa jurisdicción.
Pero el BCE teme que, en caso de crisis, los emisores de la UE se enfrenten a solicitudes de reembolso no solo de los usuarios de la región, sino también de los tenedores de tokens emitidos en el extranjero. Si las reservas con sede en la UE resultan insuficientes, el esquema dependería de transferencias de reequilibrio desde el emisor de un tercer país. “El BCE advierte de que dicha dependencia expone a los tenedores europeos a riesgos de déficit, en particular si los supervisores extranjeros restringen o bloquean transferencias en momentos de tensión”, explica Judith Arnal, investigadora del Centro de Estudios de Política Europea, en un informe. Esto podría tener un efecto contagio a otras entidades o desencadenar retiros masivos.
En un informe de abril el BCE también reconocía que MiCA establece requisitos para los emisores en Europa que no están previstos en otras jurisdicciones: por ello, los proveedores de stablecoins de terceros países tendrían ventajas significativas respecto a los europeos. “De este modo, los esquemas de multiemisión corren el riesgo de socavar la autonomía o soberanía estratégica de la UE al sesgar los resultados del mercado a favor de emisores externos”, avisa la autoridad monetaria.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, que también preside la Junta Europea de Riesgo Sistémico, ya había advertido previamente de que este asunto planteaba “riesgos significativos legales, operativos, de liquidez y de estabilidad financiera a nivel de la UE”. No fue la única. La subdirectora del Banco de Italia, Chiara Scotti, alertó recientemente sobre complicaciones adicionales entre emisores, “como los mecanismos de reequilibrio de reservas, que pueden transferir pasivos a través de jurisdicciones de manera no coordinada. En una crisis, estos flujos podrían activarse rápidamente, dejando a las autoridades con una supervisión limitada y una capacidad de reacción retardada”. Por ello, pide mayor claridad legislativa y propone que la emisión se limite a jurisdicciones con estándares regulatorios equivalentes.
Si bien la recomendación no es vinculante, queda en manos de los supervisores locales implementar restricciones a estos actores. Arnal considera que este debate pone de manifiesto un desafío más profundo para la credibilidad de MiCA como referencia global: “Un marco regulatorio disputado entre el BCE, la Comisión y el Parlamento Europeo corre el riesgo de enviar la señal equivocada a nivel internacional, que MiCA es frágil y sujeto a interpretaciones divergentes”. Y añade que si las autoridades nacionales competentes no pueden otorgar licencias debido a las opiniones divergentes sobre la multiemisión, Europa corre el riesgo de fragmentar su mercado y “ceder terreno frente a jurisdicciones que ofrecen mayor claridad”, como EE UU.
La decisión de las autoridades europeas llega en un momento de fervor en el mercado cripto, con las stablecoins viviendo su mejor momento. Este segmento del mercado vale ya más de 290.000 millones de dólares y los analistas de Citi estiman que su capitalización podría alcanzar los cuatro billones de dólares para finales de 2028, en un escenario alcista. Los activos ligados al dólar representan un 99% del valor de este mercado, mientras los denominados en euro son residuales, con una capitalización inferior a los 350 millones de euros.
En múltiples ocasiones las autoridades europeas han mostrado su escepticismo hacia estos activos, por el temor de que puedan debilitar el papel del dinero de los bancos centrales, crear un sistema paralelo fuera del alcance de la entidad que afectaría a su capacidad para implementar la política monetaria. La divergencia entre la postura de Europa y EE UU ante este mercado se ha hecho evidente durante la conferencia de Sibos en Fráncfort. Mientras Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, alertó sobre los riesgos de las stablecoins en el equilibrio financiero de la región, Christopher Waller, gobernador de la Reserva Federal, mostró su completo respaldo a estos activos, al considerarlos como otro instrumento de pago a la par de los demás.
