El petróleo barato cimenta la resistencia de las Bolsas frente a los temores inflacionistas | Mercados Financieros
La inteligencia artificial es la protagonista indudable del imparable ascenso de Wall Street y la clave de la remontada del 34% del S&P desde los mínimos de abril. Es el epicentro del optimismo actual del mercado bursátil y, mientras llega o no la temida corrección (la semana pasada estuvo marcada por los nervios en el mercado), mantiene el título de motor indiscutible para la Bolsa, con los inversores deslumbrados por su potencial futuro y su presente de cifras mareantes. La renta variable avanza sin miedo a las alturas y pese a enormes incertidumbres como el elevado volumen de deuda soberana o el riesgo geopolítico. Pero en el subsuelo del parqué pervive un elemento más que, de forma discreta, sostiene la euforia: un precio del petróleo contenido, a la baja y con perspectivas de seguir barato, que aleja tensiones inflacionistas y que no estropea la foto de tipos bajos y sólidos resultados empresariales.
El barril de petróleo Brent registra un descenso este año del 15% y su precio ha pasado de ser un dolor de cabeza a convertirse en un alivio para los bancos centrales. El exceso de oferta está siendo determinante en su abaratamiento, junto a una menor demanda que apunta a convertirse en estructural con el avance de las energías renovables. La geopolítica también juega inevitablemente su papel: el crudo se encarece en cada episodio de sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania. Pero para Donald Trump la prioridad es asegurarse un petróleo barato que los estadounidenses no se asusten cuando van a llenar el depósito de gasolina. No en vano una de sus promesas electorales fue “drill, baby, drill” (“perfora, chica, perfora”), si bien ya con Biden el fracking había convertido a EE UU en el primer productor del mundo.
“Su ascenso es lo que podría disparar más rápido la inflación y su precio es ahora un viento de cola. Y los bancos centrales garantizan abundancia de liquidez, no se va a romper nada en el mercado”, asegura Ismael García Puente, director adjunto de estrategia de inversión en Mapfre AM. El mercado confía en un entorno de tipos de interés a la baja en EE UU y ya prácticamente sin cambios en la zona euro, una expectativa a la que contribuye la previsión mayoritaria de que el petróleo mantendrá contenido su precio, con una tendencia continuada a la baja. Para Rosa Duce, responsable de estrategias de inversión de Deutsche Bank en España, “está claro que la Fed, al igual que otros bancos centrales, como el BCE, barajan un escenario de precios del petróleo moderados, y sin duda es un factor importante a la hora de bajar los tipos. Pero quizás no es el más importante. La clave es la situación del mercado de trabajo, sobre todo en EEUU”.
Para la experta, el exceso de oferta de petróleo es evidente, por lo que la firma espera un barril brent en torno a los 60 dólares a septiembre de 2026. “El cambio en la política de la OPEP+ (desde recortes a aumentos de producción) está generando un exceso de oferta, sobre todo porque la producción de EEUU también sigue creciendo, de ahí que el propio cártel haya decidido no hacer más incrementos de producción en el primer trimestre de 2026”, añade Duce.
A propósito o no, los países productores del Golfo Pérsico, con Arabia Saudí a la cabeza, están complaciendo a Trump en su objetivo de un crudo barato con cada uno de los aumentos de producción que pactan. “La OPEP está dispuesta a detener el aumento de producción antes de que el mercado se sature. El nivel de barril Brent entre 55 y 60 dólares sería el límite que podría aceptar en su objetivo de recuperar la cuota de mercado cedida desde 2022 ante EE UU”, explica Francisco Blanch, responsable de materias primas y derivados de Bank of America. Su previsión es que el Brent se sitúe entre los 60 y 65 dólares en la primera mitad del próximo año, sin descartar que pueda perforar el nivel de los 60. En Goldman Sachs esperan que el petróleo continúe descendiendo en 2026 a un nivel medio de 56 dólares el barril Brent y de 52 dólares el West Texas, una estimación que no ha cambiado pese a las últimas sanciones de EE UU a las petroleras rusas, que incluyen la presión a India y China para impedir la compra de crudo ruso bajo la amenaza de aranceles.
En el banco suizo Pictet esperan que el Brent cotice en los próximos años entre los 65 y los 70 dólares. Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, argumenta que la OPEP está perdiendo disciplina colectiva en el control de la oferta y su capacidad sobrante ha llegado a ser 5% de la demanda global, a lo que se añade una demanda en descenso mientras avanza la electrificación de la economía: “Los vehículos eléctricos evitaron en 2024 más de un millón de barriles diarios de consumo de petróleo”.
En AFI coinciden en que el petróleo está en una clara dinámica de precios a la baja por el exceso de oferta y prevén que el barril Brent caiga a una banda de entre 55 e incluso 50 dólares en 2026 y ascienda a entre 60 y 63 dólares en 2027 con cierta recuperación de la demanda. “El petróleo barato no es el único factor, pero está contribuyendo al entorno positivo para las Bolsas, que disfrutan de un contexto macroeconómico favorable y del impulso que se prevé traiga la IA a la productividad y el crecimiento”, explica Olivia Álvarez, analista de AFI. Paolini también apunta a la abundancia de liquidez como factor determinante del rally bursátil. “El optimismo se mantiene por unas condiciones de liquidez muy favorables, con 83% de los bancos centrales en modo flexibilización, mejora económica y beneficios empresariales, con más de 80% de las empresas estadounidenses habiendo superado estimaciones”, asegura el estratega jefe de Pictet AM. La firma suiza ha revisado al alza su previsión de crecimiento en EE UU al 1,8% este año y al 1,5% en 2026 y no aprecia de momento señales clásicas de burbuja bursátil, como un alto apalancamiento o infladas expectativas de beneficios.
