El Estado acude por primera vez a las recompras de acciones de CaixaBank para no pasar del 18% del capital | Empresas
El Estado vende por primera vez acciones de CaixaBank. El FROB —el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, el brazo financiero con el que España rescató a Bankia y ahora ostenta las participaciones en CaixaBank— ha acudido por primera vez a los programas de recompras de acciones de la entidad que preside Gonzalo Gortázar, según el informe anual del organismo público. Con esta acción, el Estado busca mantener su peso en el capital del banco en el 18% actual, en lugar de elevarlo, como había hecho en años anteriores.
En 2020, cuando CaixaBank y Bankia acordaron su fusión, el FROB obtuvo una participación del 16% en la entidad resultante, frente al más del 60% que tenía en la antigua Cajamadrid. El sentido de la operación era, precisamente, facilitar una futura salida del Estado del capital del banco, al considerar más rentable y sencillo colocar una participación más pequeña en un banco más grande. La decisión ha sido un éxito, a la vista de los dividendos cobrados, pero también de la evolución en Bolsa. Desde que se planteó la unión de los dos bancos, la acción de CaixaBank ha multiplicado su valor por unas cinco veces.
Desde entonces, la participación pública en el banco no ha hecho sino incrementarse y no solo en su valoración. La razón es que CaixaBank, como vía para remunerar a sus accionistas, suele lanzar anualmente un programa de recompra de acciones. Con ello, adquiere títulos en el mercado a un precio prefijado y después las elimina de circulación, con reducciones de capital. De este modo, los accionistas pueden vender parte de sus títulos y las que se conservan pasan a valer más, al representar un porcentaje mayor del capital total del banco.
El FROB había optado por no acudir a estos programas de recompras de acciones hasta ahora. De este modo, el Estado ha conservado las mismas acciones de CaixaBank, pero estas cada vez suponían más del total, al reducirse cada año las acciones en circulación. De este modo, el peso del Estado se fue incrementando, desde el 16% de hace un lustro hasta el 18% anual. El año pasado, sin embargo, el Gobierno decretó un cambio de rumbo, para mantener este poder en el capital inalterado.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ya había abierto la puerta a un movimiento en este sentido y empezar a acudir a las recompras de acciones en la proporción que les corresponde por su participación en el banco. En el informe anual del FROB se han confirmado estas predicciones y se refleja que el Estado acudió por primera vez a un programa de recompras de acciones entre diciembre del año pasado y enero de este. Previsiblemente, aunque este documento no lo confirma, hizo lo propio en la que el banco lanzó antes de verano. Bank of America ha sido el asesor contratado por el FROB para hacer estos movimientos.
El presidente del FROB, Álvaro López Barceló, se pronunció al respecto en una comparecencia en el Congreso el pasado mes de septiembre. Afirmó que este ente público espera ingresar unos 500 millones de euros al año en dividendos de CaixaBank. A esta cifra se sumarían otros 180 millones procedentes de las recompras. Acudir a estas operaciones supone, además, que la suma de las participaciones del FROB y de Criteria Caixa (el brazo financiero de la Fundación La Caixa y primer accionista de CaixaBank, con el 30%) no superen en su conjunto el 50% del capital, al quedarse en el 48% actual.
Todo ello coincide con un momento especialmente dulce para el FROB. Ha comenzado a cobrar los primeros dividendos de BFA, la sociedad instrumental con la que ostenta los títulos de CaixaBank. En 2024 se embolsó 500 millones de euros de dividendos por su participación en BFA, 334 millones por los beneficios de esta sociedad de 2023 y 155 millones por el dividendo a cuenta con cargo a los resultados de 2024. Suma, en total, cerca de 1.000 millones de euros en ingresos por ello.
No obstante, el dinero que el Estado ha cobrado en total de Bankia primero y CaixaBank después es superior. Entre ventas de participaciones y dividendos, 4.500 millones de euros, si bien solo los 1.000 millones repartidos en dividendos han llegado al FROB. El resto engrosa el patrimonio neto de BFA, con el objetivo de afrontar las demandas y reclamaciones procedentes de varios procesos legales.
De estos 4.500 millones, 2.650 millones proceden del cobro de dividendos primero de Bankia y después de CaixaBank, incluidos los dos últimos pagos, de 14 céntimos por acción en noviembre de 2024 y de 28 céntimos en abril de este año. Del otro lado, ha acometido dos ventas parciales de su participación. En enero de 2014 percibió 1.304 millones por la colocación del 7,5% y en diciembre de 2017 se embolsó otros 818 millones con la venta de otro 7%.
En total, el FROB, según se desprende de sus últimas cuentas anuales, considera recuperables casi 9.000 millones (exactamente 8.961 millones) de los 22.000 millones que dedicó en 2012 a rescatar a Bankia. Esto, a expensas de desinvertir el 18% en CaixaBank. Para ello cuenta con un plazo que, tras sucesivas extensiones, vence a finales de 2027. El Gobierno podrá, si lo considera, prorrogar más veces este plazo, aunque choca con la opinión de las autoridades comunitarias en general y del Banco Central Europeo (BCE) en particular, que prefieren que los bancos de la eurozona no cuenten con los Estados en su capital.
