mié. Ago 13th, 2025

La productividad en España: una historia de dos décadas (y media) | Economía nacional e internacional

Se habla mucho de productividad en España. Al menos en los círculos donde esto interesa, que no son pocos. Lo que trasciende de estas discusiones es la preocupación por su evolución en estas dos últimas décadas (y media). En general, cualquiera de los cálculos que se hagan dan como resultado un dibujo bastante deprimente, con caída de la misma entre 2000 y 2024, algo que pocos países, por no decir ninguno, nos iguala. Somos la economía con peor desempeño de Europa y casi de Occidente si comparamos estos dos puntos históricos.

Sin embargo, sin que esto pueda ni deba refutarse, la historia que se puede contar es muy diferente si tratamos de evaluar las etapas que conforman este periodo. No es lo mismo quedarse en un mismo sitio porque no te mueves en ningún momento que quedarte en el mismo sitio porque te fuiste y regresaste. Las historias que se pueden contar en cada caso son diametralmente diferentes y lo que podemos decir de por qué estamos en el mismo sitio una vez pasado el tiempo es completamente diferente.

Miremos la primera etapa. Entre 2000 y 2008 España vive lo que muchos creemos fue el gran error del siglo. La economía crecía en aquella época a ritmos inusitados. Recuerden el “España va bien” y el “somos la champions de la economía europea”. El acceso al euro nos dio la posibilidad de endeudarnos en nuestra propia moneda a tipos muy bajos, pero con una inflación relativamente elevada. El coste de pedir prestado era bajo. Las condiciones regulatorias eran perfectas. Todo ello provocó el impulso de un sector de bajo valor añadido, poca productividad y fuerte acumulación de capital físico con poca rentabilidad. El capital humano era de nivel de cualificación inferior a la media y, tanto por el aumento de su peso desmedido como por la concentración de buena parte de nuestro impulso de crecimiento en ese sector, nuestra productividad fue cayendo poco a poco.

Tenemos así el primer acto de la tragedia: una economía que basó fuertemente su crecimiento durante ocho años (fueron algunos más si miramos a los noventa) en un sector que crea las viviendas para una vida, pero destruye las opciones de un crecimiento sostenido a largo plazo. El pinchazo de la burbuja puso fin a ese modelo e inició un calvario de no menos de cinco años.

Entre 2008 y 2013, España experimenta la fase doble de una recesión. Durante este periodo el ajuste recae en una parte de la economía y de la sociedad que más creyó en el crecimiento basado en el sector de la construcción. Las reformas de 2011 y 2012 ayudaron a resolver los problemas pagando la factura esperada. Pero ayudaron a su vez a hacer recaer dicho ajuste en menores salarios y menor productividad a la espera de la amortización de un capital invertido para un modelo de crecimiento ya finiquitado. Así, de estos 25 años no menos de 14 estuvieron condicionados por un modelo de crecimiento del que todos nos acordamos, pero del que olvidamos que mucho de lo que hoy vemos es aún consecuencia de aquello.

La desigualdad aumentó. La pobreza creció y el mercado de trabajo respondió a los desequilibrios con más precariedad, amordazado por una regulación que siempre apostó por el empleo de medias tintas.

Una parte de los trabajadores nunca recuperaron su nivel de vida y mientras las familias y empresas devolvían lo endeudado, nuestra economía trataba de buscar fuera lo que dentro no tenía. Un ajuste que solo en 2015 empieza a tornarse en positivo. La productividad por fin parece recuperarse, poco a poco, con crecimiento que no volvía a colocarla en su lugar de salida en 2000, pero sí mejorando lo existente hasta entonces. Así pues, algo mejoró a partir de 2014-2015.

Esta recuperación se mantuvo mientras dejábamos atrás los peores años de la crisis. 2015-2019 son años de querer y un poco poder: caída del desempleo, aunque aún muy lejos de los mínimos de 2007, aumento de la productividad y algo de recuperación de salarios reales.

Pero como sabemos, esta mejoría se topó, de nuevo, con el destino. La pandemia de la covid primero y el shock energético después nos devolvieron a varios años atrás. Una vez más nos fuimos para tratar de volver. No es que nos quedáramos quietos. No. Es que nos caímos y tratamos de levantarnos.

De nuevo, la productividad trata de recuperarse a partir de 2022. Así, en 2023 y 2024 lo que se observa es una cierta mejoría, un repunte que trata de dejar atrás más de dos años de shocks que nos hicieron tambalearnos. Según los datos del observatorio de la productividad del IVIE y del BBVA, la productividad de los factores (PTF) ha crecido en estos últimos años más de un 3%, lo que es sin duda todo un logro cuando el saldo entre los 20 años no hubo crecimiento. Junto a este aumento, los salarios reales, como explicaba la semana pasada, mejoraban parte de la pérdida de poder adquisitivo perdido por la subida de precios energéticos. Por último, y coherente con ese impulso, el empleo en sectores de alto valor añadido se multiplicaba.

Así pues, como se puede comprobar, la productividad en España es una historia de idas y venidas, de querer y no poder y volver a querer y poder. La historia es muy diferente a aquella que podemos contar si solo comparamos dos puntos.

Sin embargo, esto no implica que las consecuencias sean diferentes a las conocidas. Sin aumento de productividad no hay aumento de salario real. Sin productividad no hay capacidad de mejorar el bienestar y si los choques que produjeron las caídas concentraron sus efectos en partes de la población de forma más intensa, sus sensaciones son y deben ser legítimamente negativas.

En todo caso, el pasado es pasado, pero nos da lecciones para el futuro. España se enfrenta hacia los años venideros con fuertes retos y problemas estructurales que es necesario arreglar para asegurar el bienestar de las generaciones futuras: regulación, demografía, pensiones, vivienda, instituciones políticas… Pero también oportunidades que nos pueden ayudar a lograrlo: energía, capital humano, emprendimiento…

La mezcla de políticas que hagan frente a los retos junto a las que permitan aprovechar las oportunidades podrán permitir que en el futuro logremos pensar que el primer cuarto del siglo XXI fue simplemente una acumulación de catastróficas desdichas.

About The Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

BUGA.COM.CO

Tu sitio

Buga

An elegant and minimalistic theme, which is predominantly designed for a web news portal and magazine with an immense research on contemporary online newspapers. With the help of available customizer options and widgets, you can implement layouts as a trending news journals, modern fashion magazine, travel blogging & magazine, clean and minimal news sites, blogging site and even more. The theme is SEO friendly with optimized codes and awesome supports.

M7 Social

M7 Social Subtitle